Amores eternos

 






Cuando cae la noche

y derrama,

sobre el ignoto corazón del bosque

su níveo lecho de plata,

alumbran los dioses

quedamente

ocultos entre los árboles.


Entonces despiertan en la espesura

que se agita y estremece,

paganas melodías largo tiempo olvidadas

acordes prohibidos que el viento arrastra

y se desvanecen.


Y allí dónde las sombras no alcanzan

bajo un manto de estrellas errantes

danzan dos amantes 

ungidos en su mortaja


Tiempo ha que olvidaron sus nombres,

que mudaron a la luz más pura

sus cuerpos mortales

y vidas truncadas.


Allí dónde ni el tiempo ni el espacio

atraparlos ya puede.

donde el dolor no alcanza

ni la ira florece,

danzan dos amantes

y languidecen los dioses.


Hay amores eternos

que medran entre las piedras,

y sueños fugaces

que deambulan

huérfanos entre la niebla.

DÆNOR

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