Un nuevo amanecer

 




Doquiera que voy

tú siempre estás presente.

Sutil e imperceptible

como el hálito de un ángel

que acaricia el rostro trémulo

con las primeras luces del alba.


Doquiera que voy

tu siempre me acompañas.

Siento tu presencia invisible

agitada por el viento,

susurrada en la distancia.

En cada diminuta gota de agua

que resbala por mi garganta.


Doquiera que voy

tu siempre me aguardas.

A cada paso del camino,

en cada recodo del alma. 


Doquiera que voy

tu nunca me faltas.

Enredada entre mis sueños,

preñada de esperanza.


Soledad es tan solo una palabra. 


DÆNOR

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