Hoy os dejo un hermoso pasaje de ese fantástico libro de Herman Melville que es "Moby Dick".


 




















“Junto a la proa, extrañas formas surgían veloces en el agua, aquí y allá, mientras los misteriosos cuervos del mar volaban rozando nuestras espaldas. Y todas las mañanas se los veía posados sobre los estayes; a pesar de nuestros gritos, esos pájaros permanecían obstinadamente fijos en los cordajes, como si creyeran que nuestra nave era un barco desierto y a la deriva, un objeto destinado a la desolación y, por lo tanto, un refugio adecuado para sus almas errantes.  Y el mar negro se henchía, se henchía, se henchía infatigablemente como si sus mareas inmensas fueran su conciencia y la gran alma del mundo sintiera angustia y remordimiento por el largo pecado y el dolor que había causado”.

Herman Melville (“Moby Dick”).

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